Jueves, 9 de Mayo de 2024

Paritarias adelantadas en Provincia, ¿lo más sensato?

Con un contexto intrincado en términos económicos, quizá lo más recomendable sea que las negociaciones salariales con los docentes comiencen cerca del inicio de un ciclo lectivo, en marzo. El antecedente del año pasado y la devaluación permanecen en la memoria. Análisis de lo ocurrido entre fines de 2013 y comienzos de 2014.

02-11-2014



Por Hernán López
Era diciembre del 2013, al menos cinco provincias acababan de ser arrasadas por numerosos grupos de saqueadores -tras los levantamientos policiales- y la Gobernación terminaba de desactivar la bomba en suelo bonaerense, con la atinada intervención de Daniel Scioli y Alberto Pérez a tiempo. Venían tiempos difíciles y, de manera extraoficial, la administración provincial trató de llegar a un acuerdo con Roberto Baradel tres meses antes de que arrancara el ciclo lectivo.
La idea era evitar el trauma que significó, a la postre, el mes de marzo, con 17 días de paro en los colegios públicos.
Scioli y Pérez acordaron, en diciembre, que el aumento salarial llegaría a un 25 por ciento. Todo por lo bajo, en comunicaciones informales. Pero entre el último mes de 2013 y marzo hubo un imponderable que cambió los planes: la devaluación de enero que, por varias semanas, no sólo generó una nueva disparada de la inflación sino -en general- un escenario de desconcierto sobre la economía nacional.
Todo lo que habían consensuado a fines del año anterior no servía de nada. Borrón y cuenta nueva. Vendría un mes de huelga en la Provincia de Buenos Aires y el flagelo político que significaba para el Gobierno bonaerense.
El viejo reclamo de adelantar las paritarias volvió a escena durante el último mes, en parte propulsado por el Frente Gremial Docente, que incluye a SUTEBA y la FEB. Desde hace más de un mes, los líderes de esos dos sindicatos, el propio Baradel y Mirta Petrocini, están a la búsqueda de retomar las primeras planas e imponer una batería de reclamos.
Primero juntaron firmas para demandar mayores partidas presupuestarias en el área de educación, más tarde avanzaron con una movilización a la Legislatura y la Casa de Gobierno y esta misma semana anunciaron que harán dos jornadas de paro. Para contenerlos, el ministro de Trabajo, Oscar Cuartango, deslizó que las negociaciones salariales comenzarán en enero, más de un mes antes que lo habitual.
Eso sí, tanto Cuartango como su par en Economía, Silvina Batakis, descartaron la posibilidad de aplicar nuevos aumentos este año o incluso un plus salarial.
Pero la estrategia de adelantar las paritarias, a la luz de lo sucedido a principios de año, tal vez no sea la más inteligente. O en todo caso, quizá no sirva demasiado.
Dependerá de qué haga Nación y el rumbo de la macroeconomía a nivel país, como pasa en la provincia con casi todas las variables importantes. Si Buenos Aires no tiene los recursos propios para asegurarse la autonomía financiera y afrontar sus propias erogaciones -por atrasos en la Coparticipación Federal y un reparto de la recaudación fiscal desfavorable-, tampoco es realmente impermeable a las grandes decisiones del poder central, como una eventual devaluación que el Gobierno nacional, por lo pronto, niega de plano.
Lo cierto es que si las negociaciones arrancan en enero -o incluso antes, como pide los sindicatos-, de nada servirá si, en el medio, hay una nueva contracción del peso en relación al dólar. Las paritarias antes de tiempo, en un escenario como el actual, es una propuesta menos inteligente y atractiva de lo que mucho piensan. Depende.


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